Yo sigo a la Literatura porque me gusta que me acaricien el alma.

No soy de esas personas que no se adaptan a lo 'nuevo', mientras sea bueno y me haga bien, yo apoyo los cambios.
Hoy empecé Letras en Puán, las malas lenguas decían que se me iba a caer el ventilador en la cabeza y que las ratas se iban a comer mi cartuchera (por cierto, la única boludita que llevó cartuchera...), realmente no pasó nada de eso. Si bien las paredes notan un deterioro, y los profesores hacen saber que depende todo de nosotros, las asistencias no se pasan y practicamente hacés lo que querés en el aula, me gustó. Me gustó el nivel inicial, la predisposición de los profesores al explicarnos algo,el servicio otorgado por ellos, a mi me gusta la materia y mientras me la sepan explicar, todo bien.
Por eso empiezo esta entrada diciendo que yo me acostumbro a los cambios, también voy a la del Salvador, que es nadaquever, pero que también me gusta mucho. Las aulas limpias, no ser un número, los beneficios de que sea una paga (y bastante cara que está...-.-), estoy en dos polos opuestos y me siento cómoda con ambos.
Punto y aparte.
(Hay un hippie en mi clase de Filosofía, que no se por qué me mira, pero no sólo me mira sino que cuando se ríe busca complicidad en la risa jaja, le debo parecer conocida o algo así, pero es muy gracioso voltearme y verlo ahí).